La región no es solamente una zona libre de armas de destrucción masiva -nucleares, químicas y bacteriológicas-, sino que también, en términos comparativos, exhibe el menor número de conflictos interestatales en el mundo. Esto se debe a que ha sido posible llevar adelante una cultura de resolución pacífica de controversias, donde se han superado progresivamente las tradicionales rivalidades interestatales, transitando efectivamente desde el conflicto a la cooperación. Este proceso ha permitido avanzar hacia una dinámica regional cooperativa y al desarrollo de instituciones y estrategias de colaboración para hacer frente a los problemas comunes de seguridad internacional, dando paso al regionalismo. Una muestra de lo anterior lo constituye la creación del Grupo de Trabajo en Defensa de PROSUR, herramienta central para seguir avanzando en la cooperación y colaboración regional, en temáticas relativas a la seguridad de la región sudamericana.